jueves, 28 de agosto de 2014




Sus orígenes están en China, de la mano de los monjes budistas que tallaban sus caracteres en tablas de madera en lo que se conoció como xilografía. Nació por la necesidad de dejar impresos los textos antiguos para después utilizar la técnica en la reproducción de textos culturales para los demás. Gracias a Pi Cheng nacieron los caracteres móviles de imprenta (composición tipográfica), combinando el sistema de estampa mediante sellos y la producción en serie de frases completas, por lo que la impresión se hizo más rápida.




Sin embargo, se considera a Johannes Gutemberg como el inventor de la imprenta, ya que impuso la utilización de tipos móviles hechos con plomo, lo que los hacía más resistentes. Estas se unían las unas con las otras para formar una galera de composición para imprimir en papel.
Johannes Gutenberg


A él le siguió una invención conocida como huecograbado, en la que uno grababa sobre planchas de cobre y las cubría con tinta. Luego vino el heliograbado, con los cilindros, pero en medio de estas dos invenciones, están el descubrimiento de la tricromía, la estereotipia. Unos años después llega la litografía, con piedra caliza como soporte. Posteriormente se agrega color pero se mejora con la fotolitografía.

A dos décadas del inicio del siglo XIX llega la componedora, una máquina automática para componer textos, lo cual facilitaba muchísimo la tarea de componer manualmente los textos completos. A ello le sigue la rotativa para la impresión litográfica: la primera imprenta de offset automática, la cual se fue haciendo con el tiempo cada vez más rápida. 


Cerca del siglo XX, la linotipia es una de las invenciones más importantes dentro de la historia de la impresión, ya que se basaba en la facilidad de escribir el texto en un teclado, en vez de hacerlo letra por letra. Ya dentro del mismo siglo, se da lugar a la invención que alzará a su punto máximo a la impresión: En offset.